13 de octubre de 2011

Contradicciones II

El martes pasado la Policía Federal volvió a reprimir a manifestantes. Esta vez los apaleados fueron las personas del Acampe jujeño en Av. de Mayo y 9 de Julio, quienes llegaron a Buenos Aires con la esperanza de poder ser escuchados. Denuncian la represión por parte del Estado en Jujuy, donde sufren la exclusión y la negación de derechos y reclaman que el gobernador Walter Barrionuevo cumpla con lo prometido tras la represión y las muertes en Ledesma. Denuncian hostigamientos y amenazas por parte del Estado, exigiendo la finalización de esas prácticas.


La contradicción llega cuando recordamos el discurso anti represivo, redistributivo y popular del Gobierno Nacional. La contradicción se hace fuerte cuándo recordamos que el gobernador de Jujuy, Walter Barrionuevo, milita en las filas del Kirchnerismo; gobernador responsable de la brutal represión en Ledesma (con muertos incluidos), contra los ocupantes de las tierras de los Blaquier, también kirchneristas. La contradicción se hace más fuerte aún si recordamos la represión ejercida contra la comunidad Qom, que también llegó por partida doble: primero fue el gobernador kirchnerista de Formosa, Gildo Insfrán quién ordenó otra brutal represión (también con muertos incluídos) en su provincia y, luego, cuándo los Qom quisieron visibilizar aún más sus reclamos por tierras, se acercaron a la CABA donde fueron desalojados a los palos por parte de la Policía Federal. Tampoco podemos olvidar la represión llevada a cabo por Gendarmería contra los trabajadores de Kraft, ni los lamentables sucesos del Indoamericano a principios de año.
Ruidos fuertes en el relato Nacional y Popular que tuvieron que ser salvados por los intelectuales Ptolemaicos del Kirchnerismo. Es así que enseguida se escuchan voces que dicen desconocer quién imparte la orden de reprimir, o se alega la permanencia de elementos represivos dentro de las fuerzas de seguridad. Se recurre a la independencia relativa de dichas fuerzas y la necesidad de profundizar el modelo para poder extirparlos definitivamente. Se habla de grupos privados paramilitares infiltrados entre manifestantes o, como en el caso del Indoamericano, se pone especial énfasis en culpar a la Metropolitana o a la Federal, según quién sea el interpelado. Lo que nadie dice es que ambas fuerzas trabajaron de forma conjunta. Otras veces es el silencio el que cumple la función de hipótesis ad hoc.


Otro de los mayores actos de salvataje lo llevaron adelante al querer despegar al Gobierno Nacional del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de la burocracia Sindical de la Unión Ferroviaria del Roca, cuando se estaba luchando por la incorporación de los trabajadores tercerizados. Se dijo que José Pedraza (Secretario General de UF y principal implicado en la causa) no forma parte del sindicalismo kirchnerista, cuándo, en realidad, no existe tal disidencia. La Lista Verde de la UF estuvo masivamente en el multitudinario acto que organizó Moyano en River 5 días antes del asesinato de Mariano Ferreyra.
La contradicción entre práctica y discurso volvió, así, a saltar a la vista el martes pasado, cuando se desalojó a los golpes al acampe jujeño. Una vez más, las incongruencias salieron a la luz y el silencio parece ser la estrategia elegida esta vez para salvar disonancias. Los hechos que contradicen la teoría son tantos que obligan a recurrir a demasiadas hipótesis ad hoc para sostenerla.
La pregunta es ¿un Gobierno Popular no debería defender a los pobres antes que a los Blaquier o Barrionuevo; a los Qom antes que a los terratenientes representados por Insfrán; a los trabajadores antes que a los empresarios o burócratas sindicales; a los sin tierra, a los que no tienen vivienda? Pregunto, compañero progresista del Kirchnerismo ¿Te corrí por izquierda?

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