Somos lo imposible, lo que no puede ser. Somos eso que la
ciencia no explica, pero somos.
Somos ese número que no se suma, que no se encuentra. El que
sabe que existe porque existe, pero nadie lo descifra.
Somos esas cuatro de cuatro, de las que brotan otras ocho de
ocho. Doce totales. Doce de doce, parece mucho más que un año que se completa.
Un clan, el de ellas, que hace rato me han convidado a
integrarlo. Un clan que es imposible, porque imposible dicen los números que es
serlo tanto.
Doce mujeres de un linaje de doce. Doce, número imposible
dice la ciencia que ya se rinde.
Milagroso, imagino que diría la devota persona que esto leyera;
porque un milagro es para los dioses todo aquello que siendo imposible
igualmente sea.
Pero aquello que no se explica, ellas, las doce de doce lo explican
en los toques de magia, en energías que fluyen, o en los destinos que, por
propio libre albedrío, puro clan de mujeres quieren que esto sea.
Llega ella, quien el clan redondea. Círculo de doce, doce
guerreras, brujas hechiceras, mujeres de fuerza tierra.
Cuatro hermanas que paren mujeres. Doce revoluciones que son
mujeres.